
Han llegado durante las últimas semanas a las baldas de las librerías dos cómics franceses con objetivos didácticos bien econoplásticos: denunciar que no se puede crecer ilimitadamente en un planeta finito y criticar la sangrante desigualdad de la economía actual.
Los dos lo hacen además utilizando un formato similar. Los dibujantes se reúnen con dos profesionales (un periodista medioambiental en un caso y un científico en el otro) y juntos, tomando la forma de personajes de cómic, van haciendo un repaso de lo que nos está pasando y cómo hemos llegado hasta aquí utilizando un montón de datos, de argumentos y de referencias científicas que, enmarcados entre viñetas y bocadillos, resultan mucho más amenos y accesibles que sesudos ensayos con las mismas intenciones.
Cómo los ricos saquean el planeta. Y cómo impedírselo. Hervé Kempf y Juan Mendez. Garbuix Books, 2025.
La sobrexplotación de recursos, la generación de residuos, el cambio climático… sabemos que son consecuencia de nuestro modelo de producción y consumo (bueno, parece mentira pero hay gente que sigue negándolo) pero en este cómic se quiere señalar a los más ricos como principales culpables de esas graves situaciones. Por un lado, porque a pesar de representar una parte mínima de la población, tienen un impacto enorme por su forma de vida basada en el hiperconsumo y el lujo. Pero, por otro lado, porque como ya contaba Veblen, su forma de vida no sirve solo para satisfacer necesidades sino básicamente para distinguirse de los demás. Y, en definitiva, acaban siendo un espejo en el que se miran las clases inferiores elevando, de esta manera, el estándar de consumo general.

Recursos. Un desafío para la humanidad. Philippe Bihouix y Vincent Perriot. Norma Editorial, 2025.
Sin duda vivimos una época de progreso y de avance tecnológico impensable hace unas cuantas décadas (bueno, lo disfrutamos solo una parte de la población mundial) pero, a pesar de que el gran poder se aferra al tecnoptimismo para creer que todos los impactos negativos que genera ese progreso se podrán solucionar con nuevas innovaciones, es bastante improbable que en el futuro próximo podamos vivir en un mundo de ciencia ficción hipertecnificado ya que la base material en la que se basa esa forma de vida no lo resistiría. Mucho menos podemos pensar que esa forma de vida vaya a satisfacer las necesidades de todo el mundo por igual.

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