El mito del capitalismo. Jonathan Tepper (con Denise Hearn)


EL MITO DEL CAPITALISMO. LOS MONOPOLIOS Y LA MUERTE DE LA COMPETENCIA. JONATHAN TEPPER con DENISE HEARN. Roca Editorial (2020)
 
Introducción
(pág 19) El capitalismo ha sido ese gran sistema económico de la historia que ha ayudado a salir a la gente de la pobreza y crear riqueza, pero el capitalismo que vemos actualmente en EEUU (y en otras partes del mundo) no tiene nada que ver con los mercados competitivos. Lo que tenemos hoy es una versión grotesca y deformada del sistema.
Según la definición establecida, idealmente, el capitalismo es “un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, distribución e intercambio, caracterizado por la libertad de los capitalistas para hacer funcionar o gestionar sus propiedades para obtener un beneficio en condiciones competitivas”. La batalla por la competencia la vamos perdiendo. Las industrias están cada vez más concentradas en manos de unos cuantos actores, y la competencia real es escasa.
El capitalismo sin competencia no es capitalismo.
La competencia es importante porque impide la desigualdad injusta y favorece la transferencia de riqueza del consumidor o proveedor al monopolista. Si no hay competencia, los consumidores y los trabajadores tienen menos libertad para elegir. La competencia crea señales claras de precios en los mercados, lo que impulsa la oferta y la demanda. Fomenta la eficiencia. Genera más opciones, más innovación, más crecimiento y desarrollo, y una democracia más sólida gracias a la dispersión de poder económico. Promueve la iniciativa y la libertad individuales. La competencia es la esencia del capitalismo: sin embargo, se está muriendo.
 
Capítulo 1. Donde Buffett y los multimillonarios de Silicon Valley están de acuerdo
(pág 27) “Hay guerra de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la vamos ganando” Warren Buffett.
Buffet adora los monopolios y detesta la competencia. En sus encuentros sobre inversiones, ha dicho que “la naturaleza del capitalismo es que, si tienes un buen negocio, siempre habrá alguien que quiera quitártelo y mejorarlo”. En sus informes anuales, ha citado elogiosamente a Peter Lynch: “La competencia puede ser peligrosa para la naturaleza humana”. Cuánta verdad hay en ello. Lo que es bueno para el monopolista no lo es para el capitalismo. Buffet y el inversor Charlie Munger siempre intentaron comprar empresas con un estatus similar al del monopolio. En una ocasión, cuando en un encuentro anual se le preguntó cuál era su negocio ideal, contestó que sería uno que tuviera “una alta capacidad para fijar precios, un monopolio”. El mensaje está claro: si estás invirtiendo en un negocio con competencia, lo estás haciendo mal.
 
(pág 48) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“Se mire como se mire, en EEUU la competencia se está acabando”
“En términos generales, no tenemos un problema con los monopolios, sino con los oligopolios”
“La paradoja está en que lo que es bueno, adecuado o lógico para una corporación no es bueno, adecuado o lógico para el conjunto de la economía”
“Las empresas que dominan sus sectores representan una autopista de peaje en tu vida cotidiana”
 
Capítulo 2. Donde los gánsteres y los directores ejecutivos están de acuerdo.
“Nuestros competidores son nuestros amigos. Nuestros clientes son nuestros enemigos” James Randall, presidente de Archers Daniel Midland.
 
(pág. 30) Ya en el siglo XVIII, Adam Smith, en “La riqueza de las naciones”, escribió que “es raro que se reúnan personas del mismo negocio, aunque sea para divertirse o distraerse, y que la conversación no termine en una conspiración contra el público o en alguna estratagema para subir los precios”. Algo más adelante John Stuart Mill se hizo eco de ese parecer: “Cuando los competidores son muy pocos, siempre acaban acordando no competir”. Sin embargo, estas lecciones han tenido poco impacto en nosotros.
 
(pág. 31) Algunos economistas creen sinceramente que los cárteles y la connivencia son imposibles. En concreto, la Escuela de Chicago de economía, defensora del mercado libre en su máxima expresión, sostenía que los cárteles y la confabulación son casi imposibles porque es difícil coordinar competidores, pues estos serían propensos a hacer trampa, y entrarían participantes nuevos para rivalizar en el cártel. En cualquier caso, todas estas ideas no se basaban en ninguna prueba y surgían de la más pura nada teórica.
La opinión de la Escuela de Chicago acerca de los cárteles choca con décadas de datos y miles de millones de dólares de multas. Según The Economist, en los últimos años, “se han descubierto conspiraciones internacionales en ámbitos tan diversos como los cinturones de seguridad, los mariscos, el transporte aéreo, las pantallas de ordenador, los ascensores o la cera para velas”.
 
(pág. 52) En casi todos los sectores han aparecido cárteles que han influido en transacciones financieras de billones de dólares. Durante los últimos años, a medida que el sector bancario se ha consolidado, hemos detectado cárteles en mercados de divisas y de tipos de interés.
En Londres, más de cinco billones en divisas -dólares, euros, libras esterlinas, yenes- cambian cada día de dueño. Casi cualquier acuerdo comercial que dependa del cambio de moneda se basará en lo que se conoce como el “fijo”. Durante décadas, esto se fundamentó en acuerdos monetarios que tenían lugar a las cuatro de la tarde, hora de Londres; las transacciones en cuestión acabaron siendo las referencias para ese día. Como el lapso del fijo era tan breve, los agentes importantes podían manipular los precios a diario si los reguladores estaban distraídos; y durante muchos años lo estuvieron.
Los reguladores británicos pillaron a agentes de intercambio de divisas en Barclays, Citigroup, Royal Bank of Sxotland, Standard Chartered y JP Morgan amañando el fijo del día. En chats de Internet con nombres seductores como The Bandits Club, The Cartel o The Mafia, los negociantes conspiraban para distorsionar el fijo. La práctica acabó siendo conocida como “sacudir el cierre”. Los banqueros sabían que si hacían negocios con clientes muy importantes, esto podía significar millones de dólares para sí mismos, y las compañías que tenían que comprar o vender divisas para sus negocios eran las que salían perdiendo. Como pasaba en la mayoría de los casos de los cárteles, la fijación de precios descarada no era revelada por reguladores empresariales, ni siquiera por directivos de bancos, sino por algún soplón.
Si pensabas que los mercados de intercambio de divisas eran grandes, ten en cuenta que la tasa de interés del Libor apuntaló inversiones y operaciones financieras por valor de más de trescientos cincuenta billones de dólares en todo el mundo. Durante décadas fue el índice de referencia para los préstamos, y los consumidores, los inversores y los negocios tomaban prestado con arreglo al Libor. Cuanto mayor era el crédito del prestatario, más bajo el margen. El Libor era la referencia de todas las demás tasas de interés.
Habida cuenta de la importancia del Libor para todos los préstamos de ámbito global, cabía pensar que sería imposible manipular el sistema y engañar a los clientes. Sin embargo, según diversos mensajes internos incluidos en documentos presentados ante los tribunales, muchos agentes adulteraban el Libor. Cuando en 2007 y 2008 se fue desplegando la crisis financiera, ejecutivos de alto nivel del Royal Bank of Scotland (RBS) animaban a sus empleados a amañar los índices. El 19 de agosto de 2007, un agente de RBS envió un mensaje a otro del Deutsche Bank: “Es asombroso cómo la fijación del Libor puede hacerte ganar tanto dinero, o perderlo en caso contrario. Ahora en Londres hay un cártel”.
Los agentes estaban ocupados engañando a todo el mundo financiero y riéndose mientras cobraban sus primas. Al final, el contribuyente británico se vio obligado a rescatar RBS a un coste superior a los cuarenta mil millones de libras.”
 
(pág. 55) Para que hay connivencia, no hace falta que los protagonistas hablen entre sí. Según la teoría de los juegos, las empresas son capaces de obtener lo que parecen resultados cooperativos a partir de decisiones independientes. Se ha descubierto que muchas firmas han seguido confabulándose sin haber siquiera vuelto a hablar unas con otras. La connivencia táctica puede conducir a empresas oligopolistas a conseguir resultados monopolistas, lo que da lugar a una producción menor, precios más altos y menos bienestar para el consumidor. Esto recibe el nombre de “problema de los oligopolios”. Al aceptar la concentración industrial extrema, básicamente el Gobierno ha permitido a los oligopolios actuar como monopolios y ha estimulado la conspiración tanto táctica como evidente.
La teoría de juegos es aplicable casi a cualquier interacción. Todo el mundo ha visto Una mente maravillosa. En la película, John Nash, interpretado por Russell Crowe, mientras está en un bar con unos amigos intentando ligar, tiene una revelación. Hay un grupo de mujeres: una rubia despampanante y algunas morenas de aspecto normal. Todos los hombres quieren a la rubia, y uno de los amigos de Nash comenta que Adam Smith habría alentado la competencia, por lo que la mejor estrategia sería ir a hablar con ella. Sin embargo, Nash señala que esta sería una estrategia realmente estúpida. Si hacían esto, ninguno de ellos conseguiría a la chica. Ella se sentiría presionada, y las amigas se mostrarían ofendidas por ser solo la segunda opción. La estrategia óptima para el grupo pasaba por cooperar: nadie habla con la rubia, pero sí lo hacen con las chicas menos atractivas.
La idea clave de Nash es que diferentes actores acaso escojan la cooperación táctica antes que afrontar la competencia. La solución al problema de la competencia se denomina “equilibrio de Nash”.
(pág. 60) Control de sector agropecuario por las empresas Cargill y Tyson.
 
(pág. 65) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“Muchos sectores económicos han troceado EEUU igual que la mafia dividió el territorio entre familias”
“Las firmas suelen coordinar su comportamiento simplemente observando y reaccionando ante los movimientos de sus competidores”
“Al aceptar la concentración industrial extrema, básicamente el Gobierno ha permitido a los oligopolios actuar como monopolios y ha estimulado la conspiración tanto tácita como evidente”
 
Capítulo 3. Lo que tienen en común los monopolios y King Kong
“Nunca he sabido que quienes pregonan hacer negocios para el bien público hayan hecho mucho bien”. Adam Smith, La riqueza de las naciones.
 
(pág. 95) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“Hay pruebas contundentes de que una mayor concentración económica ha creado un cóctel tóxico”
“La innovación desciende cuando crece la concentración industrial”
“En la actualidad, la economía está dominada cada vez por menos empresas, lo cual provoca menos localismo y menos diversidad”
 
Capítulo 4. Exprimir a los trabajadores
“Ninguna sociedad puede ser floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables” Adam Smith. La riqueza de las naciones.
 
(pág. 121) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“En un monopsonio, los trabajadores tienen pocas opciones en relación a dónde trabajar y escasa capacidad para negociar los salarios con los empresarios”
“Estas restricciones en la profesión se han propagado como una epidemia. En la actualidad, los pactos de no competencia afectan casi el 18% de la fuerza laboral norteamericana”
“Debido a la concentración industrial, un número determinado de firmas ejercen un poder monopsonista, esto es, son las únicas compradoras de mano de obra”
“Los trabajadores son cada vez menos capaces de interponer demandas contra las empresas debido a ciertas cláusulas camufladas en sus contrato laboral incial”
 
Capítulo 5. En qué se parecen Silicon Valley y la selva
“¿Quién vigilará a los vigilantes?” Juvenal, Sátira VI, versos 347-348
 
(pág. 124) Cómo Google acaba con sus competidores.
 
(pág. 126) Mientras escribimos este libro, actualmente las principales empresas tecnológicas estadounidenses tienen una capitalización bursátil que supera el PIB de Alemania, Francia o Italia. El precio de cuatro billones de dólares las coloca entre las más valiosas de la historia, junto a Standard Oil, que controlaba el mercado estadounidense del petróleo. Tal vez solo la Compañía de las Indias Orientales, que contaba con su propio ejército y dominaba la mitad del mundo, era un monopolio mayor.
En la actualidad, Google controla casi el 90% de la publicidad basada en búsquedas, y Facebook casi el 80% del tráfico en las redes sociales. El año pasado, las doce empresas capturaron casi el 90% del crecimiento de la publicidad digital. Un increíble 45% de estadounidenses se enteran de las noticias a través de Facebook. Si a ello añadimos Google, resulta que más del 70% de la gente recibe las noticias de las dos empresas, las cuales tienen más información sobre los gustos, las preferencias, las ideas políticas y las relaciones personales de sus usuarios que ninguna agencia gubernamental de espionaje, y localizan a usuarios en Internet provistas de un historial completo de lo que las personas ven y buscan.
 
(pág. 132) En 2017, Apple, Amazon, Facebook y Google gastaron casi cincuenta millones de dólares en lobbies. Google se llevó la palma, con sus dieciocho millones dedicados a presionar al Gobierno de EEUU, lo cual es más que lo gastado por sus colegas tecnológicos, por no hablar de buena parte de la Norteamérica empresarial. Amazon cuadruplicó su gasto en lobbies, mientras Facebook desembolsó una cifra récord.
 
(pág. 133) En la época posterior al caso Microsoft, de las guerras entre Nestcape y Microsoft por los navegadores, los gigantes de la tecnología sacaron conclusiones equivocadas. En vez de aprender a no ser un monopolista abusivo, aprendieron el poder de la presión lobista.
 
(pág. 147) REFLEXIONES CLAVE SOBRE LOS MONOPOLIOS DIGITALES
“Las principales empresas tecnológicas estadounidenses tienen una capitalización bursátil que supera el PIB de todos los países de Europa Occidental”
“Para las firmas tecnológicas más importantes, competir contra las startups ha llegado a ser una apuesta segura”
“En cuestiones fiscales, las empresas se hallan en efecto por encima de las leyes de los Gobiernos nacionales, y enfrentan a un país contra otro en una carrera hacia el abismo”
“El poder de las plataformas las convierte en un tipo de empresas diferentes. Ellas fijan las normas que rigen su mundo. Nosotros vivimos en él, sin más”
 
Capítulo 6. Autopistas de peaje y gente sin escrúpulos
“Preferiría ganar el 1% de los esfuerzos de cien personas que el 100% de mis propios esfuerzos” John D. Rockefeller
 
(pág. 148) Imagínate un mundo en el que una corporación gigante observara tus hábitos cotidianos y supiera lo que te gusta y lo que no te gusta, con quién hablas, qué compras, si pagas puntualmente tus facturas o qué comentas con tus amigos. Imagina que esta empresa te asignara una puntuación gracias a la cual pudieras comprarte una casa y un coche mejores e incluso llevar una vida mejor.
Todo esto suena a Black Mirror pero este escenario sombrío es ya una realidad en China: “Gracias a los macrodatos, el mercado se volverá más inteligente y será posible diseñar y predecir fuerzas del mercado que nos permitan por fin llegar a una economía planificada”.
 
(pág. 149) Facebook y sus filiales Instagram y WhatsApp conocen tu correo electrónico, tu número telefónico, lo que te gusta y lo que no, a tus amigos y a tu familia, la mayor parte de tu historial de navegación por Internet, saben dónde has estado y lo que has hecho. Google dispone de todo tu currículo de búsquedas y está registrando discretamente todos tus viajes a través de tu dirección IP y Google Maps.
Algunos inversores, como George Soros, se dieron cuenta del peligro y avisaron del inmenso poder de los monopolios rebosantes de datos que podían llegar a constituir una “alianza impía” con Estados autoritarios. Al final, “esto puede traducirse perfectamente en una red de control totalitario como ni siquiera Aldous Huxley o George Orwell habrían imaginado”.
 
(pág. 174) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“Mientras los estadounidenses van tirando en su vida cotidiana, creen que eligen, pero en realidad se pasan el tiempo pagando «peajes» a unas cuantas compañías que no afrontan una verdadera competencia”
“Las pruebas son tan abrumadoras que se plantea el interrogante de por qué las autoridades antitrust han permitido a ciertas firmas fusionarse”
“Si estás preguntándote por qué la desigualdad en cuanto a riqueza e ingresos es tan acusada, la respuesta es que los ricos poseen casi todas las acciones de las «autopistas de peaje» de la vida norteamericana”
 
Capítulo 7. Lo que tienen en común los trust y los nazis
(pág. 207) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“La fuerza impulsora de la ley Sherman era evitar la concentración de poder en cualquier sector”
“Después de FDR, las medidas antimonopolistas siguieron siendo durante décadas una piedra angular de la política norteamericana, tanto con los demócratas como con los republicanos”
“Si no nos gustan los duopolios en los mercados, tampoco debería gustarnos el duopolio de republicanos y demócratas. Las pruebas de la connivencia tácita sobre el asunto de la política antitrust son deprimentes”.
 
Capítulo 8. Regulación y quimioterapia
 
(pág. 239) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“En los mercados, los monopolios suelen provenir de las patentes y de la propiedad intelectual”
“La regulación excesiva acaba selectivamente con las pequeñas startups que atacan a las grandes corporaciones. Se trata de una barrera insalvable para la entrada en cualquier sector”
“En la cuestión del incremento de la desigualdad, el Gobierno no es un espectador pasivo, sino un participante activo que hace favores a los ricos y poderosos, velando por los intereses de quienes tienen buenos contactos”.
 
Capítulo 9. Morganizando EEUU
“Si no aceptamos el poder político de un rey, tampoco deberíamos aceptar a un rey de la producción, el transporte o la venta de cualquiera de las necesidades de la vida” John Sherman.
 
(pág. 242) Pese a la guerra actual contra la desigualdad, el problema no es la riqueza, sino el control. La gente tiene la sensación de que el sistema está amañado para los ricos. La dificultada añadida es que a menudo la riqueza y el control van de la mano. Como dice Robert Reich en su libro Saving Capitalism, “la mano invisible del mercado está unida a un brazo rico y musculoso”. Diversos titanes con una influencia tremenda en los mercados puedan valerse de su poder y su riqueza para dominar sectores y manipular las reglas a su favor. En la actualidad, la concentración del control en el ámbito de las inversiones conlleva que muchos estadounidenses se vean totalmente privados de los beneficios de poseer acciones.
 
(pág. 257) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“Casi la mitad de los estadounidenses no tienen una acción bursátil”
“En la actualidad, tenemos oligopolios que pertenecen a otros oligopolios. Es como una tarta de oligopolios en capas”
“La desigualdad es a la vez causa y efecto de la participación accionarial”
 
Capítulo 10. La pieza que falta en el puzle.
 
(pág. 282) REFLEXIONES CLAVE DEL CAPÍTULO
“La mayor desigualdad es un síntoma, no la enfermedad”
“Las empresas se han llevado una porción récord del pastel económico”
“Menos competidores da a las empresas un considerable poder para subir los precios y bajar los salarios”
“El poder económico y político de los monopolios y los oligopolios ha condicionado las reglas de juego en favor de las corporaciones dominantes y en contra de los trabajadores”
 
CONCLUSIÓN. Libertad económica y política
(pág. 292) PROPUESTAS DE CAMBIO
Principios: El capitalismo sin competencia no es capitalismo / La función esencial del capitalismo no es maximizar la eficiencia / Los monopolios (no las empresas grandes) son enemigos de la competencia / La competencia es un elemento crítico del capitalismo porque promueve la difusión del poder económico y la libertad política / Los mercados han de seguir siendo competitivos y estar abiertos a nuevas incorporaciones / El capitalismo debe estar a favor de la igualdad de oportunidades, no de la igualdad de resultados / El capitalismo no existe al margen del Gobierno y la sociedad.
 
Soluciones y remedios: Medidas antimonopolistas y fusiones / Regulación / Patentes y derechos de autor / Sobre las acciones / Y, por último, lo que puedes hacer…
 
 
 

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies