Nueve de cada diez dentistas han percibido un evidente cambio en el discurso del nuevo Papa en lo que respecta a numerosos temas sociales y también en los temas relacionados con la economía. Así, Francisco I ha declarado su animadversión al capitalismo más salvaje, ha aprobado medidas contra el blanqueo de capitales y está investigando a la propia banca vaticana.
Aquí una posible, más que posible, causa de dicho cambio:
El pasado mayo de 2013, vía correo, fue enviado un ejemplar de los “Cuentos chinos de la Economía y otros chascarrillos para acabar con el sistema” a la monja clarisa de clausura Sor Ana María, con el mandado de que el libro, después de leerlo, fuera ascendiendo por la jerarquía religiosa: Tesorera, Madre Superiora, Párroco del Convento, Obispo… y, al parecer, así hasta el Paco I.
Hace unas semanas fuimos a compartir una charla, unas rosquillas y ¡¡hasta un gorro de paja del Pintxo!! con las hermanas del convento que nos confirmaron que el libro había sido leído y había seguido su camino en la pirámide eclesiástica. Eso sí, en una versión censurada en la que habían sido borrados los tacos e incluso pegadas algunas hojas como la del chiste de los macarrones “de bastante mal gusto”, según palabras de la monja.
Quién sabe si los futuros libros de Historia (o alguna novela de Dan Brown) acabarán contando nuestro fundamental papel en la desmercantilización de la institución católica, en la vuelta a la solidaridad ecocristiana y en la expulsión de los especuladores del templo. Amén.