
Revista Alternativas económicas (septiembre 2025)
A medida que los países más desarrollados han ido adoptando las características de las sociedades de consumo, las necesidades han ido creciendo y los bienes y servicios utilizados por las personas han ido ocupando un mayor espacio en nuestras vidas.
Se entiende por necesidad la sensación de carencia de algo unida al deseo de satisfacerla. Es decir, cuando hablamos de necesidades desde el punto de vista económico se incluyen en el mismo saco las necesidades básicas para sobrevivir (se puede sentir carencia de comida, bebida, alojamiento, etc.) como las secundarias (se puede también sentir la carencia de un nuevo modelo de gafas de sol Jimmy Choop aunque ya tengamos otros cuatro pares). Y es que, aunque podemos decir que algunas necesidades son universales (como respirar, beber o comer) en general el concepto de necesidad es algo relativo que depende del contexto espacial y temporal en el que nos encontramos y también de la propia persona.
Por tanto, en nuestras opulentas sociedades tendríamos que hablar no solo de necesidades sino, sobre todo, de deseos, caprichos, adicciones, etc. ¡A la economía le encantan las adicciones! De esta manera convertimos la idea de necesidad en algo ilimitado. Por supuesto que no todo el mundo lo percibe así porque también hay gente bien austera que se conforma con poco, pero, en general, el sistema capitalista actual pretende que nada más satisfacer la sensación de carencia de algo, automáticamente al consumidor se le genere otra carencia nueva.
Abordar la idea de necesidad desde esta perspectiva relativa hace que se consideren (nosotros no, por supuesto) problemas de la economía a resolver tanto el hambre en el mundo como la creación de un nuevo activo financiero fiscalmente más atractivo para las mayores fortunas del país (¡también sienten esa necesidad, jolín!). Una paradoja que nos lleva, por un lado, a la desatención de las necesidades básicas de millones de personas (las que realmente viven en contextos de escasez) y por otro, a la continua insatisfacción de otros tantos millones abrumados por la oferta infinita que nos muestra la maquinaria publicitaria.
En definitiva, nunca hay recursos suficientes para todo lo que querríamos hacer y por eso se supone que la economía intenta asignar recursos escasos ante necesidades ilimitadas. ¡Qué cosas más extrañas aprendemos en esta sección! Como decía Gandhi parece que «el mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero demasiado pequeño para atender la avaricia de unos pocos».

Lectura.
Listados: Tres cosas hay en la vida. Salud, dinero y amor. El que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios… O a quien quiera. Esta era la lista de la canción del compositor argentino Rodolfo Sciammarella. En clase, las listas de los alumnos y las alumnas tienen muchos más Ferraris y cifras con decenas de ceros antes que salud y amor. Pero también hay jóvenes sensibles que priorizan el trabajo de un familiar o la salud de una abuela.
Joshua y Ryan son dos jóvenes estadounidenses que conocieron la fama y la riqueza antes de los treinta. Éxito laboral y elevados sueldos, pero también depresión y vacío existencial. A raíz de tocar fondo, fundaron el Minimalismo. Una filosofía de vida basada en la austeridad material. Después de mucho ejercicio, deliberación, debate, investigación y experimentación hicieron el listado de los cinco valores para una vida con sentido: salud, relaciones personales, pasiones, crecimiento personal y ayuda a los demás.
Más poético, el listado de Ana para regalar a la gente del Rincón Lento: «Abrió el primer regalo. Allí estaba el sabor del caldo de su madre, su color oro en el tazón de Duralex. Casi pudo saborearlo de nuevo. La segunda caja era de un bermellón intenso. Al destaparla apareció él, con sus besos tiernos y la forma de acariciarle el pelo. Se estremeció. El tercer regalo se destapó solo e incontrolable, el nacimiento de su hija, como un torrente de sangre y vida. El regalo de papel dorado contenía un prado lleno de árboles, una siesta tranquila, el sonido de las aves. El de la caja estampada, su primer sueldo, aquel menú del día con el que invitó a su gente. El último regalo pesaba poco y, sin embargo, ¡cuánto pesaba! Tenía que asomarse dentro, y entonces, un pequeño espejo, le devolvió su imagen. Un año entero para verse, para valorar el regalo, el privilegio de su vida».

Para saber más:
Necesidades ante la crisis ecosocial. Carmen Madorrán. Plaza y Valdés, 2023. Analizar la cuestión de las necesidades podría ser el eje básico del estudio de la economía y de su objetivo: ¿generar crecimiento económico ilimitado?, ¿satisfacer necesidades básicas?, ¿combatir la desigualdad? ¿ir a Marte?… En este libro se analiza en profundidad el tema de las necesidades en el actual escenario de crisis ecosocial. Muy necesario.

La parábola del pescador mexicano. Sobre trabajo, necesidades, decrecimiento y felicidad, Carlos Taibo. Los Libros de la Catarata, 2016.Prueba a hacer un listado de todos los productos que utilizas a lo largo del día y seguramente te cansarás antes de terminar una hoja entera. Cuenta Carlos Taibo en este libro que algunas personas podemos llegar a vivir con cerca de 10.000 objetos a nuestro alrededor mientras que otras apenas cuentan con unas decenas.
